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Datos sobre Cantabria

Cantabria es un tesoro escondido en el norte de España; una tierra donde la naturaleza despliega su fuerza en cada rincón. Aquí, los verdes prados se extienden hasta el horizonte, los Picos de Europa se alzan imponentes y el mar Cantábrico rompe con energía contra acantilados y playas doradas. Su esencia es auténtica, su historia se remonta a tiempos prehistóricos y su gastronomía es un placer para los sentidos.

Santander, su capital, es una ciudad elegante y luminosa. Su bahía, considerada una de las más bellas del mundo, enmarca un casco urbano donde se combinan tradición y modernidad. El Palacio de la Magdalena, antigua residencia real, ofrece vistas panorámicas espectaculares, mientras que las playas del Sardinero invitan al descanso. En el centro, el Mercado de la Esperanza bulle con la frescura de los productos del mar, reflejando la fuerte identidad pesquera de la región.

Pero si hay un lugar donde la historia de Cantabria se siente con intensidad, es en las Cuevas de Altamira. Sus pinturas rupestres, de más de 36.000 años de antigüedad, son un testimonio único del arte prehistórico, lo que le ha valido el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. Aunque la cueva original está cerrada al público, el Museo de Altamira permite admirar una fiel reproducción de sus impresionantes bisontes pintados.

Más allá de la historia, Cantabria es un destino de naturaleza en estado puro. El Parque Nacional de los Picos de Europa, compartido con Asturias y Castilla y León, es un paraíso para excursionistas y amantes del aire libre. La subida al Teleférico de Fuente Dé deja sin aliento, con vistas que se pierden entre las montañas. Y en las profundidades de la tierra, la Cueva del Soplao sorprende con sus impresionantes formaciones geológicas.

La costa cántabra es otro espectáculo en sí mismo. Playas salvajes como la de Oyambre, dunas interminables como en Liencres o pequeños pueblos marineros como San Vicente de la Barquera hacen que cada tramo del litoral tenga su propio encanto. Comillas, con su arquitectura modernista y El Capricho de Gaudí, es una de las joyas culturales de la región. Y Santillana del Mar, con sus calles empedradas y casonas medievales, es un viaje en el tiempo.

La gastronomía cántabra es un reflejo de su geografía: mar y montaña en cada plato. El cocido montañés, contundente y sabroso, es ideal para los días fríos; las anchoas de Santoña, elaboradas de forma artesanal, son un manjar del Cantábrico; y los quesos de la región, como el de Tresviso o el picón de Bejes-Tresviso, deleitan a los paladares más exigentes. Para el postre, los sobaos pasiegos y la quesada ponen el broche dulce a cualquier comida.

Cantabria es una región de festividades con identidad propia. La Batalla de Flores en Laredo llena las calles de color y alegría; las fiestas de San Juan en San Vicente de la Barquera encienden la noche con hogueras ancestrales; y las romerías montañesas mantienen viva la esencia rural de la región.

Natural, auténtica y llena de historia, Cantabria enamora a quien la descubre. Aquí, cada rincón es una sorpresa; cada paisaje, una postal.