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Castilla y León es una tierra de castillos imponentes, ciudades medievales y paisajes infinitos. Su historia se palpa en cada rincón, desde las huellas del pasado romano hasta las catedrales góticas que dominan sus ciudades.

Valladolid, su capital, es sobria y elegante; fue residencia de reyes y hoy conserva un casco histórico con iglesias renacentistas y plazas monumentales. Salamanca, con su universidad del siglo XIII, su Plaza Mayor y su catedral doble, es un referente del arte y el saber. Burgos deslumbra con su catedral gótica, mientras que León fascina con sus vidrieras de colores y su animado Barrio Húmedo.

Pero Castilla y León es mucho más. En Ávila, sus murallas medievales crean una de las postales más impactantes de España. Segovia sorprende con su acueducto romano y su Alcázar de cuento. En Zamora, las iglesias románicas y el río Duero dibujan un paisaje de quietud. Soria y Palencia guardan joyas arquitectónicas menos conocidas, pero igualmente valiosas.

La naturaleza aquí es espectacular. La Sierra de Gredos ofrece rutas de senderismo entre montañas y lagunas de origen glaciar. El Cañón del Río Lobos, con sus acantilados y cuevas, es un paraíso para excursionistas. Y Las Médulas, antiguas minas de oro romanas, forman un paisaje rojizo casi irreal.

La gastronomía castellano-leonesa es potente y auténtica. El lechazo asado de Aranda, la morcilla de Burgos y las sopas de ajo reflejan su esencia tradicional. Los vinos de Ribera del Duero y Toro elevan cualquier comida a otro nivel.

Las festividades mantienen vivas sus tradiciones. La Semana Santa en Valladolid y Zamora es sobrecogedora; en los pequeños pueblos, ferias y romerías siguen llenando las plazas.

Castilla y León es una tierra de historia y autenticidad. Sus ciudades y paisajes cuentan siglos de grandeza, invitando a descubrir su esencia en cada rincón.